En 2004 mató a su gata enferma para convertirla en un bolso, y en una galería amenazó con triturar a 66 pollitos machos si la gente no los compraba en subasta.
Sobra decir que a raíz de esas puntadas públicas, la excéntrica holandesa ha recibido millones de correos de odio de todo el mundo, y existen cientos de peticiones en su contra por todos los rincones de la red, acusándola de asesina, cruel y macabra.
"Tinkebell provoca, ejemplificando los puntos ciegos de la sociedad moderna. Confronta a un público que considera indignante todo lo que no tiene nada que ver con ellos, pero al mismo tiempo es muy apologético sobre sus propios actos. Cuestiona por qué millones de pollitos machos son brutalmente asesinados cada día, pero es arrestada por amenazar con hacer lo mismo en público".
Entre sus proyectos más destacados está Baby bunnie, una serie de juguetes hechos con animales reales, y Her name is Sarah, un performance en el cual "pasea" con correa a un perrito muerto.
Al cuestionar la moral de su arte, estamos cuestionando la moral del mismo sistema que los alimenta, entretiene y viste.
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